“La retroalimentación es el puente para conectar efectivamente las lecciones aprendidas del pasado con el rendimiento y el potencial futuros”. (Pearl Zhu).
Una conversación de retroalimentación es una valiosa posibilidad para gestionar el desempeño, facilitando el aprendizaje en un entorno seguro y constructivo, mirando al futuro. En el dar y recibir feedback nos hacemos parte de la lógica sistémica, ya que tanto los líderes como sus colaboradores se involucran en el proceso de mejora continua.
Si bien existen distintos tips o sugerencias para realizar estas conversaciones de retroalimentación que son muy útiles, hay uno que consideramos es el base para que sea efectivo: que sea a tiempo, oportuno.
Oportuno hace referencia a que no pase más de una semana desde que ocurrió la conducta para tener la conversación, ya sea para dar un feedback positivo o negativo, pero a tiempo. El ideal es que sea el mismo día.
¿Por qué es tan relevante dar? Porque al hacerlo, la jefatura demuestra que:
Le importa, que se da cuenta
Está viendo a sus colaboradores, no le es indiferente su trabajo
Acepta la incomodidad de decir algo no tan bueno en pos del desarrollo de su equipo
Se toma el tiempo de destacar y reconocer el o los comportamientos (en el caso que
sean positivos)
Da la posibilidad de corregir o potenciar una conducta, para mejorar la gestión del desempeño
Una buena práctica que es muy útil para dar un feedback a tiempo es:
En el caso que sea positivo:
Hacer el reconocimiento frente al equipo, como ejemplo para modelar conductas y aumentar la motivación, resaltando la conducta y el impacto que eso tiene en el equipo, en el área, y/o en la organización.
En el caso de ser negativo:
Siempre de manera individual, mostrando la conducta sin enjuiciar a la persona, mostrando los hechos y sus implicancias. Deja que él o ella hable primero, así te das cuenta cuán consciente es de lo que pasó.
Si la persona después de la conversación sabe claramente qué tiene que dejar, mantener o
empezar a activar para hacer algo al respecto -y que no sea después muy tarde- es porque fue efectivo nuestro feedback
Dar retroalimentación constante es una habilidad que las jefaturas y gerencias tienen que
desarrollar. Es parte de su rol, independiente de si les acomoda o no. Por eso, no basta con invertir en un software para el proceso de evaluación de desempeño, también es clave invertir en entrenar (no solo capacitar) a jefaturas y gerencias en cómo dar feedback, en desarrollar ese músculo de manera práctica, haciendo y reflexionando acerca de lo que le pasa a la jefatura teniendo esa conversación, para luego practicarlo de nuevo.
Es en la conversación de feedback donde se juega en gran parte la efectividad del proceso de evaluación de desempeño, y es en el feedback oportuno donde se juega parte del liderazgo de la jefatura o gerencia.
Es en la forma y en la oportunidad, donde se muestran habilidades clave del liderazgo puestas en acción.
